amcmh.org Índice boletines Suscribirse a boletines 7 diciembre 2014

Boletín Armas para defender la salud nº 250

30º aniversario de la catástrofe de Bhopal

  • En el 30 aniversario la Campaña por la Justicia en Bhopal NA llama a la solidaridad

  • Bhopal
    La mayor catástrofe química de la historia
    ¿Un simple accidente o una consecuencia del orden mundial, dominado por multinacionales criminales?
    Alfredo Embid

 


Comunicado de la Asociación de Medicinas Complementarias / AMC

Los miembros de la AMC hemos sufrido recientemente ataques de cierto grupo por la toma, dominio y expolio de la AMC, individuos totalmente ajenos a la asociación que han impedido la continuación, después de muchos años, de nuestras actividades.
Se han publicado injurias y calumnias contra nosotros que algunos medios han reproducido sin preocuparse de contrastar su veracidad. Nos han despojado, ocupándola ilegalmente, de nuestra sede de muchos años, así como de documentación, libros, revistas y otros enseres.
A pesar de ello es nuestra intención seguir con la labor de divulgación y denuncia que siempre ha caracterizado a esta asociación.
Creemos que con el tiempo la verdad prevalecerá y se hará justicia.

Marisa Pérez (Presidenta), y equipo de la Asociación de Medicinas Complementarias / AMC.

30º aniversario de la catástrofe de Bhopal

Esta semana se han cumplido 30 años de la terrible catástrofe de Bhopal en la que se produjeron miles de muertes y más de medio millón de afectados, a pesar del tiempo transcurrido no se han depurado responsabilidades, las víctimas siguen reclamando y los supervivientes sufren secuelas que han transformado sus vidas y que serán transgeneracionales.

Publicamos a continuación la petición de solidaridad de la coalición llamada Campaña Internacional para la Justicia en Bhopal de Amárica del Norte.

A continuación hemos añadido un artículo de Alfredo Embid sobre este tema, que se publicó en 2002 en la Revista Medicina Holística, ya que pensamos que conserva actualidad, los pesticidas siguen fabricándose y contaminando nuestra vida, y explica detalladamente la implicación de las empresas responsables de este asesinato masivo.

En el 30 aniversario la Campaña por la Justicia en Bhopal NA llama a la solidaridad

La Campaña Internacional para la Justicia en Bhopal de América del Norte invita a realizar mensajes / acciones de solidaridad en la preparación para el 30º aniversario de la catástrofe de Bhopal.

ICJB es una coalición de grupos de sobrevivientes del desastre, grupos de justicia ambiental y social interesados en la rendición de cuentas al Gobierno de la India por Dow Chemical Company responsables del desastre químico ocurrido en Bhopal, India. Nuestro compromiso de garantizar la justicia en Bhopal es un compromiso con un futuro libre de tóxicos para todos.

Pronto hará tres décadas desde que los habitantes de Bhopal fueron expuestos a 40 toneladas de isocianato de metilo y otros gases químicos no revelados debido a la negligencia de la Union Carbide Corporation (UCC), que ahora es propiedad de la Dow Chemical Company. Cuando Dow compró UCC, heredaron responsabilidades legales de UCC; Sin embargo, Dow niega toda responsabilidad por la catástrofe. Esto a pesar de que UCC acepta obligaciones pendientes en los EE.UU. Este es un claro ejemplo del doble rasero corporativo.

El desastre, que se ha cobrado más de 25.000 vidas hasta la fecha, afecta actualmente a más de 500.000. Problemas crónicos de salud derivados de la exposición inicial y la contaminación generalizada del suelo y agua subterránea continúan afectando a los supervivientes. UCC se dio cuenta de la contaminación de las aguas subterráneas y del suelo ya en 1982; sin embargo, no tomaron ninguna medida. Además, el impacto intergeneracional de las toxinas se ha traducido en mayores tasas de discapacidades del desarrollo y malformaciones congénitas entre los hijos de las personas afectadas por el agua contaminada y por el gas. A pesar de esto, los sobrevivientes han seguido luchando por la justicia desde hace casi 30 años.

El desastre de Bhopal, así como la gran cantidad de desastres químicos que afectan a las comunidades de todo el mundo nos recuerda la necesidad del poder del pueblo para hacer rendir cuentas al poder corporativo. Reconocemos que el encuentro y la formación de redes de solidaridad global es un paso crucial para la construcción de poder popular. Invitamos a las personas y grupos a unirse a nosotros en solidaridad con esta lucha que pronto cumple 30 años.

Formas en que usted puede mostrar su solidaridad:

a) El aclamado documental "Bhopali" (http://www.bhopalithemovie.com/)

b) Invitar a un orador / sobreviviente de la Campaña Internacional para la Justicia en Bhopal para comprometerse con su grupo / comunidad.

c) Publicar un mensaje público de solidaridad con la lucha de los ICJB y sobrevivientes.

d) Si usted es un educador, enseñe a sus alumnos sobre el desastre de Bhopal. Estamos encantados de ofrecerle una lista de lecturas y materiales de recursos para sus lecciones.

e) Organizar otras acciones de solidaridad, como una protesta pacífica frente a la oficina local de la India embajada / Dow.

Si usted está interesado en participar, tiene otras ideas o desea más información, por favor ponerse en contacto. Estamos encantados de ayudarle en la planificación, organización y ejecución de cualquiera de las acciones en que usted puede querer involucrarse.


Contacto:

Para obtener más información, póngase en contacto con:                                               

Reena Shadaan
Director de Relaciones con la Comunidad

The International Campaign for Justice in Bhopal, North America
reena.shadaan@icjb.org

 

Fuente:

 

Bhopal
La mayor catástrofe química de la historia

¿Un simple accidente o una consecuencia del orden mundial, dominado por multinacionales criminales?

ALFREDO EMBID

“Era medianoche en Bhopal” de Dominique Lapierre y su sobrino Javier Moro, es un libro que se publicó el año pasado (2001).
Me sorprendió su extensa y perfectamente orquestada promoción: portada con preciosas mujeres indúes y lujosa presentación, entrevistas en TV, 3 páginas de entrevista en algunos periódicos (2), lugar destacado en El Corte Inglés, presentación anticipada como “best seller”, etc. Hay algo que huele mal en este asunto, especialmente teniendo en cuenta que este libro toca un tema muy caliente, en el que yo también he trabajado desde hace más de 14 años.
Los autores afirman que “el proceso de investigación del libro es un secreto” (3) ...Un secreto que oculta coartadas que os desvelamos.

El título
Anecdóticamente, hay que señalar que el título del libro es una copia del título de una película francesa “Es medianoche, Dr. Schweitzer”, que trata de la vida de este médico, Premio Nobel, que estableció un hospital modelo en Lambarene en la selva de Gabón y del que fue asesor nuestro amigo el Dr. Willem, presidente de la asociación humanitaria Médicos Descalzos (4) y con el que también trabajó el Dr. Gunther de otra asociación humanitaria, Cruz Amarilla, al que debemos agradecerle el haber sido el primero en denunciar la contaminación radiactiva por armas del fraudulentamente llamado uranio empobrecido durante la Guerra del Golfo (ver su historia en el nº 64 y nuestra petición de ayuda en el nº 66, que reiteramos en este).

El tema
El libro trata del accidente que tuvo la empresa Union Carbide (UC), responsable de la mayor catástrofe química de la historia, en Bhopal el 3 de diciembre de 1984.
Fue un escape en una de las tres cisternas de 42 toneladas de isocianato de metilo (MIC) y de otros gases que se formaron por efecto del calor del MIC (que no estuvo mantenido a la temperatura de seguridad de 0 grados) como el fosgeno (gas mostaza), el ácido cianhídrico (otro gas de guerra) y la monometilamida.
Anteriormente ya había habido una víctima mortal por un pequeño escape de MIC.
Hubo un importante incendio en 1978 y un accidente con 25 obreros contaminados por fosgeno en 1982.

Balance
Muertos:
Oscilan en las estimaciones oficiales entre 1.754 y 8.000 (en los primeros 3 días) y 30.000 diez y seis años después. Una contabilidad difícil ya que familias enteras fueron exterminadas, no había actas de defunción, muchos no se contabilizaron, hubo entierros e incineraciones anónimas, los camiones del ejército recogieron montones de cadáveres que no se sabe a dónde fueron a parar, etc... Probablemente muchos más.
Afectados:
Más de medio millón. Concretamente 521.262 según el Consejo Indio de Investigación Médica, teniendo en cuenta sólo a los residentes en Bhopal. Hay secuelas crónicas 16 años después en 120.000 personas de Bhopal (5).
Probablemente muchos más.

Los antecedentes
Esta catástrofe no fue excepcional ni la única que provocó la UC. Incluso en sus fábricas en el valle de Kanahwa, en Virginia, Estados Unidos, se produjeron accidentes.

La EPA (agencia federal de protección del medio ambiente) no tuvo más remedio que reconocer que en los 4 años (1980-1984) anteriores a la catástrofe de Bhopal se habían producido 77 escapes de isocianato de metilo en la UC (6). Esta es una de las escasas referencias bibliográficas que nos proporciona el autor del libro. Algo que denunciaron reiteradamente los residentes en sus proximidades, sin éxito.
Independientemente de esto, la UC fabricaba unas 200 sustancias químicas, muchas de las cuales eran cancerígenas: cloroformo, óxido de etileno, acrilonitrito, benceno, cloruro de vinilo, etc.
Los habitantes del valle de Kanahwa, en Virginia, donde estaban las fábricas centrales de la Union Carbide, disfrutaban de una tasa de cánceres 21% superior a la del resto de EE.UU., y los que vivían en la dirección de los vientos predominantes entre la UC y sus domicilios tenían una tasa de cánceres que doblaba la media nacional.
La toxicidad del isocianato de metilo, responsable de la catástrofe de Bhopal, era conocida desde 1963 a través de dos estudios del instituto Mellon de la Universidad de Carnegie, que fueron mantenidos en secreto (7).
Un informe del 11 de septiembre de 1984, realizado por 6 ingenieros expertos en seguridad reveló que la propia fábrica de la Union Carbide en Kanahava Valley, Estados Unidos, tenía numerosas irregularidades desde el punto de vista de la seguridad y que incluso en funcionamiento normal los obreros se contaminaban con cloroformo (cancerígeno). Pero el informe también advertía la posibilidad real de que se produjese una contaminación por MIC y una catástrofe. Ese informe no se envió al director de la fábrica de Bhopal (8).
La UC fue responsable de ocultar la peligrosidad de la industria que se instaló en Bhopal, India, violando las legislaciones de seguridad municipales respecto a la localización de industrias peligrosas (9).
La UC ocultó los primeros síntomas, que fueron la contaminación de los pozos de agua circundantes por metales pesados: mercurio, cromo, cobre, níquel, plomo y productos cancerígenos como el benzeno, el tetracloruro de carbono y el cloroformo, con la muerte de las vacas que bebían en ellos (5.000 rupias por vaca cerraron la boca a los ganaderos) (10).
Los pozos utilizados por los habitantes de la región y por el ganado seguían estando contaminados 16 años después, en algunos casos con dosis doscientas sesenta veces superiores de cloroformo y tricloretileno a las dosis “toleradas oficialmente”, según un estudio de Greenpeace de 1999. Recordemos que, de todas formas, las dosis toleradas oficialmente siempre son intolerables, especialmente cuando se trata de venenos cancerígenos, como hemos argumentado reiteradamente.
La UC ocultó los productos que intervienen en el proceso de fabricación del Aldicarb incluso a los responsables sanitarios, y lo que es más grave ocultó cuáles eran sus antídotos, de forma que cuando se produjo la catástrofe ni el director de salud pública ni los médicos supieron qué hacer ya que ni siquiera sabían qué era lo que se había escapado. El antídoto (simplemente el tiosulfato de sodio) hubiera permitido salvar muchas vidas (11).
Hasta el último momento, el asesino, el médico asalariado de la criminal Union Carbide en Bhopal, minimizó el hecho afirmando “que no se trataba de un gas mortal”, en el mismo momento en que miles de personas estaban muriendo, vomitando sus pulmones, en medio de horribles sufrimientos, y medio millón de personas quedaban inválidas y enfermas para siempre.

¿Qué se fabricaba exactamente en Bhopal?
Se menciona que la Union Carbide fabricaba un pesticida que era una maravilla, según Javier Moro, uno de los autores del libro: “El Sevin, un producto que tiene grandes ventajas, es inocuo (contrariamente al DDT y a otros insecticidas), es biodegradable y barato”.
Lo que el autor no menciona es que el Sevin es el mismo producto comercializado en todo el mundo, aún hoy en día, con el nombre de Temik, y omite hacer referencia a sus gravísimos problemas toxicológicos.
Es de suponer que, dados sus medios de “investigación secretos” son abundantes y lo sabe, porque sino ¿Por qué iban a ser secretos?.
El autor del libro continúa: “Lo que pasa es que para su fabricación se necesita el isocianato de mitilo (itálicas de Medicina Holística), que es uno de los gases más peligrosos de la industria química” (12).
En realidad, mitilo es una metedura de pata del periodista chapucero que hace la entrevista. Es metilo.
Precisemos el ciclo de fabricación:
Los autores han afirmado en entrevistas promocionales ofrecidas a la prensa que “los elementos que componen el gas siguen siendo tan secretos como la fórmula de la Coca Cola” (13).
Esta declaración aumenta el tono de misterio y de denuncia del libro; sin duda aumenta sus ventas, pero tiene un pequeño problema: es falsa. Incluso los datos básicos están en su libro; las fórmulas químicas las añadimos nosotros.
El isocianato de metilo se produce a partir de la reacción de dos gases. El gas fosgeno, altamente tóxico, que se había utilizado como gas de guerra y el gas monometilamina.
El isocianato de metilo se mezcla luego con alfa naftol, obteniéndose el producto base para la fabricación del aldicarb, que a su vez es la base del pesticida Sevin comercializado en la india del que habla el libro, pero también del Temik, comercializado en países de occidente, entre ellos España, del que no habla el libro.
El autor no menciona el Temik nunca, y eso es justamente lo que nos interesa a los españoles. En realidad, el Sevin es la versión india del Temik. Ambos pesticidas se producen a partir del isocianato de metilo, a partir del producto intermedio que es el aldicarb.
El isocianato de metilo es un producto que también manipulaba Bayer en Alemania y La Littorale en Francia, pero con más precauciones. De hecho, sus responsables advirtieron del peligro que suponían las actividades la UC en Bhopal (14).




La toxicidad ocultada del producto final
El aldicarb, producido a partir del isocianato de metilo, es uno de los productos más tóxicos que existen, como lo demuestra nuestro trabajo de investigación “Inmunodepresión y pesticidas prohibidos en Europa pero no en España”, publicado en el nº 30 de la revista de Medicina Holística, Madrid 1992 (15).
Anotemos que el gas de guerra mortal VX puede obtenerse a partir del isocianato de metilo (publicamos incluso la fórmula química de ambos en el nº 30 de la revista).
La concentración se expresa en porcentajes de contenido en aldicarb, como Temik 10 -con 10% de aldicarb-, Temik 15 -con 15% de aldicarb-, etc.
Según los autores del libro, la empresa Union Carbide en Bhopal era un “regalo que la tecnología norteamericana ofrece a la India en la ciudad de Bhopal para ayudar a los campesinos indios a luchar contra las plagas endémicas de insectos”.
En la misma línea de no cuestionar lo fundamental, su comentario sobre la revolución verde, que en absoluto cuestionan (16), omite lo esencial, que es su resultado: el empobrecimiento de los agricultores del Tercer Mundo, que sería largo de explicar aquí, pero que ya ha sido denunciado por numerosos trabajos como los del agrobiólogo René Dumont anteriormente.
En realidad, la “ayuda” era producir la base de un pesticida tóxico, universalmente distribuido (lo que se oculta) con el aliciente de poderse desviar a la producción de armas de guerra químicas y de paso generar beneficios de millones de dólares con el menosprecio de la salud de los habitantes del planeta y no sólo de los indúes.
Pero, por supuesto, esta fábrica peligrosa no se colocó al lado del Pentágono sino en el culo del mundo, que en este caso era Bhopal, y esto no ocurrió accidentalmente.

Los responsables
Union Carbide fue creada a principios del siglo XX. Esta compañía está ligada directamente Union Carbide fue creada a principios del siglo XX. Esta compañía está ligada directamente a la industria petroquímica. Sin embargo, como ya sabemos, las multinacionales son muy versátiles y omnipresentes. Union Carbide es un buen ejemplo. También participó en el “Proyecto Manhattan”, es decir, en la creación de las primeras bombas atómicas.
Se menciona como evidente responsable de la catástrofe de Bhopal a la empresa norteamericana Union Carbide y, en particular, a su presidente ejecutivo, Warren Anderson, que fue detenido inicialmente, pero liberado al día siguiente por una ridícula fianza de 25.000 rupias (unas 70.000 pts.), ingresadas por Union Carbide.
Su detención fue un escándalo internacional. Las multinacionales presionaron, el gobierno de la India se bajó los pantalones y se dejó encular vergonzosamente por ellas, con la excusa de que no había que desalentar a los inversores extranjeros...
Una actitud que debe pasar a la historia (no falsificada) como uno de los ejemplos más evidentes de cómo los gobiernos no gobiernan y prefieren pasarse por los cojones a miles de muertos y a medio millón de afectados de sus compatriotas, que en la balanza no pesaban más que las “posibles” inversiones bancarias de las multinacionales.
De todos modos, en 1991, el tribunal de Bhopal citó a Warren Anderson con una orden de detención internacional. Pero ya estaba jubilado, fue inencontrable (a pesar de que, al ser liberado, había prometido volver a la India cuando las autoridades lo requirieran). Pero parece que luego se lo pensó mejor y aún está en paradero desconocido. (¡Nuevas noticias al respecto en la sección de Breves de este número!)
El libro “omite” dar las pistas que acusan a las empresas responsables directamente de nuestro envenenamiento con los productos derivados del isocianato de metilo y del aldicarb que se fabricaba en Bhopal. Tal pista es fundamentalmente una: Rhone Poulenc.

Las compensaciones y las indemnizaciones
Las medicinas distribuidas a los afectados por el hospital construido por la empresa responsable de la catástrofe para lavar su imagen (y no digo “su conciencia” porque las multinacionales carecen de conciencia, ya que son anónimas cuentas bancarias) son nocivas o ineficaces en una cuarta parte, según un estudio del año 2000.
Además, sus instalaciones “modernas” son inadecuadas y no son utilizadas eficazmente.
Esta catástrofe se saldó con el compromiso de UC de la entrega de 470.000 millones como indemnización con la condición de que no hubiera demandas, es decir, la clásica estrategia seguida por las multinacionales de “echar tierra al asunto” por cuatro duros. Los autores dan cifras según las cuales, en la práctica, cada muerto contabilizado salió a 250.000 pts. y los afectados a menos de la mitad. Una verdadera ganga para la multinacional. Además, 5 años después nadie había cobrado nada.
Posteriormente, la administración de la India complicó de tal modo los trámites que los afectados tenían que pagar para tener la posibilidad de acceder a las indemnizaciones ¿Y cómo iban a hacerlo si no tenían nada?. En resumen, no se sabe muy bien a donde fue a parar buena parte del dinero.
Pero, en la actualidad, UC es una empresa que ya “no existe” y los directivos de Down se han negado a asumir las responsabilidades penales de UC (17).
Una estrategia de las corporaciones multinacionales es justamente hacer desaparecer empresas conflictivas y acusadas de asesinatos, como la Union Carbide o Burroughs Wellcome, en fusiones con otras multinacionales donde sus nombres ya no figuran.
No se habla de las empresas relacionadas, que son las que interesan, puesto que son las encargadas de envenenarnos con los productos derivados del isocianato de metilo y el aldicarb.
Curiosamente, encontramos que, al igual que los autores franceses, es una empresa francesa en activo la que comercializa el Temik, que contiene aldicarb, producido a partir del isocianato de metilo, tal y como se fabricaba en Bhopal:
Rhone Poulenc. Esta empresa compró la división Union Carbide agro, concretamente en agosto de 1999.
Compró su división agrícola por 9.300 millones de dólares. El resto fue comprado por la multinacional Down (ver más adelante). Con lo que las demandas legales pudieron ser eludidas ya que la Union Carbide ya no existía.
Cuando buscamos las referencias bibliográficas sobre este tema y sobre otros importantes en el libro, no las encontramos, un síntoma evidente de que nuestra crítica sobre su ocultación de datos fundamentales está justificada.

Pero hay algo mucho más grave:
A pesar de que se promocionó inicialmente como un pesticida sin riesgo, diciendo incluso que se podía pulverizar sobre los cultivos alimentarios hasta el mismo día antes de la recolección (18), el Temik 10 es un veneno prohibido en Alemania, pero admitido en España y en otros países tercermundistas...
En los años 80, pude comprobar que el Temik 10 (con 10% de aldicarb) estaba prohibido hasta para las flores en Alemania, mientras que en España se seguía recomendando impunemente para las patatas, la remolacha y los cítricos, es decir, con el producto que se elabora a partir del isocianato de metilo, responsable de la catástrofe de Bhopal.
Fue una casualidad. Yo entonces vivía en Tenerife. Allí tenía una consulta, y un día vino a pedirme ayuda por motivos de salud un residente alemán, hijo del primer alemán que inició los cultivos de crisantemos en la isla. Se exportaban con mucho éxito a Europa. Como me suele suceder con muchos pacientes, nos hicimos amigos y me comentó que había visto a los agricultores locales utilizar un pesticida prohibido en su país, el Temik 10, para cultivos alimentarios, especialmente para las patatas, de las que se cultivan una gran variedad en la isla y, dicho sea de paso, algunas de una calidad excepcional, como la papa bonita, la papa negra (en realidad, negro rojizo, que tiene una pulpa amarilla, son pequeñas y muy sabrosas y que sirven para elaborar el plato tradicional canario de “papas arrugadas”).
Volviendo al asunto del alemán en Tenerife, le pedí que hiciera una consulta a todos los organismos oficiales alemanes para que nos enviaran las pruebas de esa prohibición del Temik 10 en su país. Lo hizo y tenemos dos documentos al respecto que reproducimos.

Un producto inmunosupresor
Realicé también una investigación sobre el tema que figura en el nº 30 de nuestra revista. Uno de los resultados más importantes de esa investigación fue que el aldicarb (Temik) producía inmunodepresión en concentraciones mínimas y que esa inmunosupresión era más intensa a bajas dosis que a altas dosis, según un trabajo de la Universidad de Wisconsin en Madison, Estados Unidos (19).
Anotemos que la acción inmunosupresora de los pesticidas no se limita a éste. Por citar solo un par de ejemplos de regiones contaminadas con pesticidas: en Moldavia central, el 80% de los niños tienen inmunodepresión y de 3 a 5 veces más infecciones que el resto de la población. Por su parte, los niños inuits de Canadá tienen 30 veces más infecciones que el resto de la población (20).
En Bhopal, los autores del libro que nos ocupa reconocen que “hubo una epidemia de ictericia dos semanas después del accidente... miles de supervivientes se habían quedado sin defensas inmunológicas” (21).
Evidentemente, intenté publicar mi trabajo de investigación, pero todos los medios de comunicación se negaron a hacerlo. Por ejemplo, en revistas que inicialmente eran de denuncia, como Interviú, e incluso en las que se presentan como medios alternativos y en cuyos inicios había colaborado abundantemente, tales como
Integral, todas se negaron a publicar esta información a finales de la década de 1980 (nótese que Integral aún no había sido absorbida por RBA editores), a pesar de que teníamos los informes de organismos oficiales alemanes que probaban nuestras afirmaciones y de que, por lo tanto, no había ningún riesgo de demandas por parte de la multinacional Rhone Poulenc (ver 2 ilustraciones adjuntas).


Eso corrobora mi experiencia de que cuando se mencionan nombres concretos de multinacionales responsabilizándolas directamente de actividades que podrían ser consideradas como criminales, hay una autocensura y un bloqueo total por parte de los medios de comunicación. Por eso es necesario que existan medios de comunicación libres de autocensura y de presiones de los poderosos, si los consumidores quieren tener una información independiente en temas que afectan directamente a su salud. Así que terminamos publicando este trabajo en nuestra revista, a pesar de su reducida tirada (“Inmunodepresión y pesticidas prohibidos en
Europa, pero no en España”, Medicina Holística nº 30).
Hasta donde sé, la situación no ha cambiado en este siglo y el Temik sigue recomendándose para los alimentos en España, como puede verse en un catálogo actual de especialidades agrícolas cuya página incluyo como demostración e ilustración.
El Temik 10 sigue incluso siendo recomendado por los “profesores” en las escuelas de ingeniería agrícola, como me han confirmado algunos de sus alumnos. Pero la situación es todavía peor en Sudamérica donde, por ejemplo en Colombia, se autorizaba el Temik 15 (y probablemente se sigue utilizando), es decir, con 15% de aldicarb, según una comunicación personal de mi amigo el Dr. Julio César Payán de la Roche.
Es muy probable que se haga lo mismo en todo el Tercer Mundo y es muy urgente advertir a los agricultores y a los consumidores de esta barbaridad. Por supuesto, el señor Lapierre no habla de nada de esto.
Este es un buen ejemplo de la corrupción de los organismos estatales (que pagamos con nuestros impuestos), supuestamente encargados de proteger nuestra salud, para que en realidad colaboren con las multinacionales químico-farmacéuticas en envenenarnos.

Hagamos un poco de historia
Es preciso hacer historia ya que el libro no lo hace (22). El galimatías de fusiones entre las multinacionales va a una velocidad vertiginosa y borra las pistas de empresas acusadas de criminales, que se evaporan en las cuentas bancarias de otras. Es preciso que entendamos lo esencial:
¿Quiénes son?, ¿Qué producen? y ¿Cómo nos afectan sus productos?. Hay que saberlo para poder no sólo defendernos de ellas sino combatirlas mejor y más efectivamente. Porque, como explico al final, es posible hacerlo.
Rhone Poulenc es una multinacional que se enriqueció con la fabricación de gas mostaza durante la I Guerra Mundial. Actualmente fabrica, además de pesticidas como el Temik, materiales informáticos y medicamentos; es de suponer que con los mismos criterios de calidad y rentabilidad (23).
Rhone Poulenc se fusionó hace unos años con la empresa alemana Hoescht.
El resultado de esa fusión fue la multinacional farmacéutica Aventis francesa y una reducción de 1.400 puestos de trabajo, algo constante en las crecientes fusiones de la multinacionales (24).
Aventis tuvo unas ventas de su filial farmacéutica en el año 2000 de 14.808 millones de dólares y de 3.400 en su división agroquímica, además de 267 en su división de semillas.
Aventis ocupó el quinto lugar del “Hit Parade” de compañías farmacéuticas, el tercero en las agroquímicas y el décimo en las de semillas ese mismo año (1999-2000), según ETC group (25).
Además, tiene una división de fabricación de productos transgénicos y ocupa el 6% del mercado mundial de patentes genéticas.
Hoescht había absorbido antes a otras empresas como Marion Mecell y Roussel, uno de los fabricantes del criminal anticonceptivo implantado quirúrgicamente en millones de mujeres del Tercer Mundo (pgna 84, nº 59 de MH).
Hoescht proviene de la gigantesca empresa química IG Farben, que fabricaba los gases de exterminio (Zyclon) utilizados en los campos de concentración nazis y participaba en la gestión de los mismos. 24 dirigentes y ejecutivos de la empresa fueron juzgados en Nuremberg y doce de ellos condenados (26).
Hoescht está acusada además de producir anhídrido acético, necesario para la elaboración de heroína, junto con Kodak (una empresa que también proviene del desmantelamiento de la IG Farben, así como Bayer) (27).


En 1999 se realizó la fusión de Union Carbide con otra empresa siniestramente célebre: Dow Chemical. El conglomerado resultante de la fusión de las empresas estadounidenses Dow Chemical y Union Carbide, constituye el segundo grupo químico mundial, por detrás de la multinacional DuPont, que también tiene una historia muy negra (que en otro momento os contaremos), también de EE.UU. (28).
Dow Chemical, antiguamente Dow Elanco, tiene una división -Dow Agrochemical- responsable de la fabricación de productos criminales para la guerra en Vietnam, como el Napalm de las bombas incendiarias. Sus científicos fueron perfeccionándolo para hacerlo más efectivo y para que llegara hasta los huesos, incluso si sus víctimas se tiraban al agua (ver nuestro trabajo de investigación sobre las dioxinas en el nº 49-50). Dow Agrochemical también produce otros productos tóxicos como el pesticida organofosfatado Dursban (chlorpyrifos) (29) prohibido en Estados Unidos (30).
Dow también participa en la fabricación de drogas tóxicas y adictivas como el Prozac, un antidepresivo con el récord de efectos secundarios, que incluyen suicidios, inmunodepresión y canibalismo, a través de su filial multinacional farmacéutica Eli Lilly.
La empresa farmacéutica Eli Lilly está implicada en otros escándalos no resueltos. Por ejemplo, financió la secta “Iglesia del pueblo”, cuyos 900 miembros se suicidaron en Guyana.
Estuvo implicada en el proyecto MK-ultra de guerra química de la CIA (31).
Dow adquirió Union Carbide por 11.600 millones de dólares (10.788 millones de euros en la época) (32).
Dow ocupa el séptimo puesto en el mercado agroquímico, con ventas de 2.100 millones de dólares, y el mismo séptimo puesto en el mercado de semillas, con ventas de 350 millones de dólares. Además, Dow domina el 11% del mercado de patentes genéticas, según ETC group (33).


El autor Lapierre no habla de nada de esto.
Un escritor puede ser al mismo tiempo Hemingway, la Madre Teresa” y colaborar con las multinacionales, contribuyendo a ocultar sus actividades asesinas.
Tiene el descaro de definirse a sí mismo como “un escritor (que) puede ser al mismo tiempo Hemingway y la Madre Teresa”.
Algo conmovedor...
El autor es presentado como un altruista que ha financiado una ONG con proyectos humanitarios en la India.
Estos proyectos son parches ridículos que atienden sólo a unos centenares de pobres (efectivamente o no) de los billones que existen en el planeta y que aumentan constantemente debido a la globalización que defienden los autores del libro (ver más adelante). Sirven de desculpabilización a los ingenuos occidentales que financian las ONG correspondientes. Son coartadas para que no nos planteemos cuestionar las raíces de la pobreza en la india y en general en el
Tercer Mundo, que son la estrategia del sistema resumida como globalización.
Sobre la globalización, la opinión de los autores es que “es buena... y que es útil” (34).
Incluso tienen el cinismo de añadir que “es una buena idea que una empresa química quiera introducir una fábrica para un producto muy importante” (35).


En realidad, el producto sólo era importante para los intereses de las multinacionales que lo producían, para las multinacionales secundarias que lo comercializaban y, por supuesto, para sus inversores. No era importante para las gentes que pueden controlar las plagas por medios agrobiológicos de eficacia demostrada. Pero “si fue muy importante” para los miles de desgraciados que murieron o quedaron gravemente inválidos en Bhopal.
Los autores se desenmascaran como promotores del orden mundial globalizador, “bueno y útil”, ocultando que es injusto y responsable del aumento del subdesarrollo del Tercer Mundo y como colaboradores de su asesinato.
La contaminación que pretenden denunciar se plantea como un incidente aislado y excepcional, y esto es lo más grave, porque en absoluto lo es. Sus consecuencias están enfermándonos silenciosamente cada día en nuestros comedores. Y eso los autores de este “best seller” no lo dicen.
Reitero que los autores de “Era medianoche en Bhopal” NUNCA CITAN por su nombre el producto que nos sigue contaminando: el Temik 10.
El libro omite esta información vital y cita sólo marginalmente a la empresa responsable, Rhone Poulenc, en la pgna. 396.
Los autores nos ocultan que tenemos una versión reducida de la catástrofe de Bhopal en nuestros platos, gracias a una empresa francesa, Rhone Poulenc, que conocen bien. Estúpidamente se desenmascaran ellos mismos en su libro, puesto que en los comentarios reconocen la cooperación de las empresas, no la de Union Carbide, pero sí agradecen la cooperación de Rhone Poulenc. Es comprensible que la empresa lo hiciera ya que el libro oculta eficazmente su responsabilidad.
Así pues, los lectores disfrutarán mucho de este libro bien escrito y se irán a dormir tranquilos y más imbéciles que antes, satisfechos por la conciencia nueva que han adquirido de los “problemas ecológicos” tras leerlo.
Su sueño aborregado les impedirá entender que existe un orden mundial que les acaba de hacer ingerir en los platos de patatas que han tomado en su cena productos tóxicos que siguen envenenándoles como el aldicarb del Temik producido en Bhopal.

¿Qué hacer?
Siempre que exponemos barbaridades de este calibre, se plantea en las personas conscientes la pregunta ¿Qué hacer?
¿Cómo podemos enfrentarnos con multinacionales que manejan presupuestos de 21.000 millones de dólares anuales (suma de las implicadas en el tema, Aventis y Dow).
Mi respuesta es siempre la misma:
1-DIFUNDIR la información y
2-BLOQUEAR a los responsables en la medida de nuestras posibilidades.
En primer lugar, hay que difundir esa información y todos podemos hacerlo. Hay que denunciar la estrategia multinacional conocida como globalización, que aumenta demostradamente la pobreza del Tercer Mundo y la muerte de sus habitantes. Los autores de “Era medianoche en Bhopal” hacen lo contrario.
Hay que denunciar todos los trabajos ecologistas “light” como éste, que en realidad desvían a la gente de la comprensión de las raíces y los responsables del problema.
En segundo lugar, hay que identificar a los venenos que nos contaminan y a las empresas responsables de su comercialización en occidente y no sólo hablar de los productos y los nombres con los que se comercializan en la India.

¿Por qué hay que hacerlo? Es muy sencillo:
1-Si no identificamos los tóxicos con los nombres comerciales que se utilizan, no podemos advertir a los agricultores, ni protegernos de esos tóxicos.
2-Si no identificamos a las empresas que los producen con nombres no podemos enfrentarnos a ellas.
El libro entretiene, pero nos oculta informaciones que tenemos derecho a conocer y, de ese modo, nos amputa de la posibilidad de transformar nuestras vidas y el mundo en el que vivimos.
En este artículo ya tenéis algunas ideas al respecto que, evidentemente, no figuran en el libro de Dominique Lapierre y Javier Moro: “Era medianoche en Bhopal”.
Buenos días en Madrid amigos, expongamos a los vampiros multinacionales a la luz de sol de la contrainformación, denunciemos sus nombres, NO COMPREMOS SUS PRODUCTOS. Démosles una buena patada donde más les duele: su imagen, sus ventas, sus beneficios.
Se van a desintegrar inevitablemente.
¡Pero ojo! En este tema queda una investigación pendiente muy importante: Rhone Poulenc no obtiene el aldicarb de su Temik por obra del Espíritu Santo.
El aldicarb se sigue fabricando a partir del isocianato de metilo en fábricas tan peligrosas como la que provocó la catástrofe de Bhopal.
¿Dónde coño están?, ¿Saben sus obreros lo que fabrican?, ¿Saben los desgraciados habitantes de su entorno lo que puede pasarles?...
Cualquier información al respecto será bienvenida y la publicaremos.

Notas:
1. “Era medianoche en Bhopal” de Dominique Lapierre y su sobrino Javier Moro, publicado el año pasado por la editorial Planeta, 2001.
2. Elena Palacios. Entrevista en Diario 16, suplemento Mestizaje, 6 Abril 2001.
3. Diario 16, suplemento Mestizaje, 6 Abril 2001.
4. Ver su entrevista en el nº 45 de la revista Medicina Holística.
5. Ver referencia 1. “Era medianoche en Bhopal”, op. cit., pgna 385.
6. “Era medianoche en Bhopal”, op. cit. pgna 71.
7. Ver referencia 1. “Era medianoche en Bhopal”, op. cit. pgna 66.
8. Ver referencia 1. “Era medianoche en Bhopal”, op. cit. pgna. 231.
9. Ver referencia 1. “Era medianoche en Bhopal”, op. cit. pgna. 110.
10. Ver referencia 1. “Era medianoche en Bhopal”, op. cit. pgna. 146.
11. Ver referencia 1. “Era medianoche en Bhopal”, op. cit. pgna. 323,333.
12. Ver referencia 1. Op. cit.
13. Elena F. Palacios. “La fórmula del gas de Bhopal es tan secreta como la de la Coca Cola”, 28 marzo 2001, Diario 16.
14. Ver referencia 1. “Era medianoche en Bhopal”, op. cit. pgna. 107.
15. A. Embid “Inmunodepresión y pesticidas prohibidos en Europa pero no en España”, publicado en el nº 30 de la revista de Medicina Holística, Madrid 1992.
16. “Era medianoche en Bhopal” de Dominique Lapierre y Javier Moro, publicado por la editorial Planeta 2001, pgna. 80.
17. Ver referencia 1. “Era medianoche en Bhopal”, op. cit. pgna. 396.
18. “Era medianoche en Bhopal”, op. cit. pgna. 47.
19. Science et Vie, nº 824, mayo de 1986.
20. Eric Van Essche “Poison dans vos plats”, Nature et Progrés, enero 1997, citado en el nº 46 de MH, pgna. 152.
21. Op. cit. pgna. 387.
22. Sólo hay una breve referencia a las fusiones en la pgna. 396.
23. Ver artículo sobre el Temik en nº 30 de la revista de Medicina Holística.
24. Nº 57, pgna. 165.
25. ETC group communiqué. Action Group on Erosion, Technology and Concentration. Julio/agosto 2001. <www.rafi.org>, pero a partir de octubre:
<www.etcgroup.org>.
26. A. Embid “El origen nazi de algunas compañías farmacéuticas”. Breves, pgna 157, Medicina Holística nº 52.
27. A. Embid “La industria químico-farmacéutica al servicio del narcotráfico”, Rev. de Medicina Holística nº 48, pgnas. 174, 175.
28. El País, jueves 5 de agosto de 1999.
29. Bowean L., Wall Street Journal, 6-8-2000.
30. Ann McCampbell “Multiple chemical sensitivities under siege”, Townsend Letter for Doctors & Patients, nº 210, enero 2001.
31. A. Embid “Prozac ¿Panacea o asesinato”, Rev. De Medicina Holística nº 48.
32. A. Embid “Fusión de dos empresas siniestramente célebres: Dow Chemical y Union Carbide”, sección de Breves de la revista de Medicina Holística nº 56, pgna. 172.
33. ETC group communiqué. Op. cit.
34. Diario 16, suplemento Mestizaje, 6 Abril 2001.
35. Diario 16, suplemento Mestizaje, 6 Abril 2001.

 

Fuente:
Bhopal
La mayor catástrofe química de la historia
¿Un simple accidente o una consecuencia del orden mundial, dominado por multinacionales criminales?
ALFREDO EMBID
Revista Medicina Holística Nº 68 Año 2002